Al momento de hablar de sedación puede venir a la mente una serie de preguntas como si es lo mismo sedación que anestesia general o sobre cuál será las más adecuada según la intervención que se vaya a realizar.

Las consideraciones a tener en cuenta para definir el tipo de sedación a usar dependerá del tipo de procedimiento, la generación de dolor durante este y otras condiciones.

Te invitamos a conocer qué tipos de sedación podemos encontrar en el consultorio y en cuáles casos se recomienda.

Sedación grado I o Ansiólisis

La ansiólisis es el grado más bajo de sedación, el cual se emplea con el fin de generar calma en el paciente y reducir las molestias y el dolor durante el procedimiento.

Cuando un paciente es sometido a este tipo de sedación, este logra tolerar un procedimiento que puede llegar a ser incómodo y desagradable, mientras mantiene un estado tranquilo.

Empleando la ansiólisis se genera una sedación mínima, por lo que no hay una afectación o supresión significativa del sistema nervioso.

Esto genera que el paciente se relaje y esté tranquilo sin perder la consciencia, por lo que no hay una afectación de la vía área, la respiración y la función cardiovascular, por ende, los signos vitales no se afectan.

Durante los procedimientos donde se emplee la sedación grado I, el paciente se encuentra despierto y responde a todos los estímulos verbales y físicos.

Los fármacos empleados en la ansiólisis tienen propiedades ansiolíticas y sedantes que ayudan a calmar al paciente y a reducir la ansiedad sin provocar una pérdida completa de la consciencia.

En conclusión, este tipo de sedación es la que menor riesgo genera para el paciente y para la que menos requerimientos o condiciones previas se necesita.

Este tipo de sedación puede llegar a ser muy útil para las personas que sufren de alguna fobia médica, como lo es el caso de la odontología y que una revisión o limpieza dental puede generarle un alto nivel de estrés y ansiedad.

La ansiólisis puede ser la solución perfecta para pacientes que han estado aplazando algún procedimiento médico por temor.

Y en muchos casos se conoce que el aplazamiento de procedimientos médicos es una de las causas de la aparición de enfermedades que se pueden evitar con un diagnóstico o un procedimiento a tiempo.

Así que contar con este tipo de servicios en sedación en el consultorio brindará no solo tranquilidad al paciente, sino que repercutirá de manera positiva en su salud.

Sedación grado II o Sedación conscientes

Este tipo de sedación consciente o también conocida como sedación moderada, se emplea en procedimiento médicos quirúrgicos menores invasivos pero que no requieren de anestesia general.

Cuando un paciente es sometido a este tipo de sedación, se produce un estado de relajación y a la vez de somnolencia e incluso llegar a estar dormido.

En la sedación consciente los pacientes pueden responder a estímulos verbales o físicos despertando fácilmente, por ejemplo, para seguir alguna indicación del médico, pero generalmente no recuerdan el procedimiento porque son menos conscientes del entorno.

Este tipo de sedación se emplea en procedimientos donde es necesario que el paciente esté dormido para evitar la molestia del procedimiento y por ende, coopere en este y no haya interferencias en la realización del procedimiento.

En este grado de sedación moderada, la vía aérea rara vez se afecta, por lo que no es necesario un equipo de apoyo respiratorio, siendo la respiración independiente y la función cardiovascular se mantiene adecuada.

Sin embargo, se requiere una monitorización de los signos vitales y de la respuesta del paciente durante el procedimiento.

Los médicos especialistas, anestesiólogos, supervisan la sedación moderada para garantizar la seguridad del paciente y ajustar la dosis de medicamentos según sea necesario.

Durante la sedación consciente se genera con la administración de medicamentos por vía intravenosa o por inhalación.

Algunos de los procedimientos donde se emplea este tipo de sedación son las endoscopias, procedimientos dentales complejos, cirugías menores y algunos tratamientos de radiología intervencionista.

Sedación grado III o Sedación profunda

En la sedación profunda se genera un estado en el que el paciente se encuentra en un nivel de depresión del sistema nervioso más pronunciado que en la sedación moderada.

Durante la sedación profunda, el paciente está en un estado de sueño profundo y no responde a los estímulos verbales o al tacto.

Este tipo de sedación es conocida porque provoca un estado de alta sedación al paciente, pero aún puede ser despertado con estímulos intensos, como el dolor y movimientos fuertes y repetidos.

La sedación profunda se emplea cuando el procedimiento requiere que el paciente esté dormido como requerimiento para lograr su cooperación durante la intervención, ya que esta es molesta.

En este grado de sedación disminuyen los reflejos protectores, hay incapacidad de mantener la vía aérea y se presenta la posibilidad de deterioro hemodinámico.

Por lo que los pacientes que son sometidos a este tipo de sedación, su respiración y su función cardiovascular pueden verse afectadas, pudiendo existir un compromiso de los signos vitales.

A la vez de requerir intervención de la vía aérea, por lo que este tipo de sedación generalmente se administra en un entorno controlado, como un hospital y con el acompañamiento de un equipo médico interdisciplinario.

Para alcanzar la sedación profunda se requiere normalmente de la combinación de medicamentos opioides junto con un sedante.

En algunas de las siguientes especialidades y los procedimientos que éstas realizan es posible requerir este tipo de sedación: radiología, gastroenterología, y odontología

Para prevenir cualquier posible complicación durante la sedación profunda, es necesario obtener apoyo de un médico anestesiólogo.

Sedación grado IV o Anestesia general

Finalmente, el último grado o nivel de sedación es la conocida la anestesia general

En este grado de sedación el paciente está en inconsciencia controlada inducido por medicamentos, por lo que no es posible despertarse por algún estímulo fuerte .

La anestesia general se utiliza para cirugías y procedimientos que requieren la falta total de sensibilidad y consciencia debido a la intervención que se debe hacer, a la generación de alto dolor, entre otros.

Durante los procedimientos donde se emplea este tipo de sedación, el paciente no tiene conciencia ni responde a estímulos de la voz, tacto, o de dolor fuerte, como tampoco recuerdos de la intervención.

A la vez, la respiración y la función cardiovascular pueden verse afectadas y en algunos casos, y con mayor probabilidad, puede requerir de la intervención de la vía aérea.

Es por esto que en las intervenciones quirúrgicas donde se emplea anestesia general se requiere de un monitoreo constante de las funciones vitales del paciente, como la respiración, el ritmo cardíaco, la presión arterial y la oxigenación.

La administración de anestesia general requiere de asistencia y es de dominio exclusivo de un anestesiólogo y deben ser llevados a cabo en quirófanos.

Para generar este grado de inconsciencia se administran una combinación de fármacos anestésicos que pueden incluir anestésicos intravenosos y gases anestésicos inhalados.

Es importante tener presente que para la administración de este tipo de sedación  es necesario una evaluación previa del estado de la salud del paciente y así determinar la dosis y medicamentos adecuados.

La administración de anestesia general es un procedimiento complejo que requiere un equipo médico capacitado y especializados para garantizar la seguridad y el bienestar del paciente durante todo el proceso quirúrgico.

En Alivio y Sedación te ofrecemos un acompañamiento brindado por especialistas en anestesiología para este o cualquiera de los otros grados de sedación según sea el caso.

Te invitamos a contactarnos para que conozcas a profundidad nuestros servicios y puedas ofrecer procedimientos seguros y que garanticen el bienestar del paciente.